Historia
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- Createdo: Miércoles, 25 Febrero 2015 15:23
A mediados de los años sesenta se hizo el primer edificio del Colegio Intelhoce con una doble finalidad, guardería y escuela para los hijos de los empleados de la fábrica textil Intelhorce, propietaria hasta entonces de toda la barriada del mismo nombre. Nuestro centro se sitúa, pues, en la zona industrial malagueña más importante de los años setenta situada entre Málaga y Campanillas: San José del Viso, colindante con el Tarajal y la desaparecida fábrica del Amoniaco.
El centro educativo fue traspasado a la administración central en 1980, pasando entonces a ser un colegio público con personal funcionario, pues los anteriores maestros eran empleados de la empresa textil y pasaron a ocupar cargos administrativos en la propia empresa.
Hasta este momento todo el alumnado procedía de la Barriada Intelhorce y de San José del Viso.
En 1982 comenzaron las obras de remodelación del edificio antiguo y la construcción de cinco nuevas aulas en un módulo nuevo y anexo al existente. Al mismo tiempo se construyó un nuevo centro en San José del Viso, lo que provocó el reparto de material y la consiguiente disminución de alumnado.
Desde entonces hubo un período de transición, con muchos profesores nuevos y un decaimiento en la Barriada debido fundamentalmente a la regulación de empleo llevada a cabo en la fábrica Intelhorce. Fue en el curso 1987-1988 cuando se elaboró un proyecto de educación compensatoria para ofertar nuevos servicios y programas adaptados a la realidad con el fin de facilitar la educación que se le daba a los alumnos.
En la época de los noventa, después de diversos avatares, desapareció definitivamente la fábrica. En los primeros años del siglo XXI comenzó a edificarse numerosos chalets adosados y algunos bloques de vivienda paralela a la carretera de Los Prados. Lo que pareció un resurgir de la zona se vio truncada por la crisis económica.
En los inicios de la década 2010 comienza a vislumbrarse un esperanzador futuro con la habitación de las viviendas ya construidas, la creación de nuevos bienes y servicios públicos, la rehabilitación del centro en 2013-2014 y el reconocimiento como Centro Bilingüe en 2018.
Pero ya empezaban a aparecer grietas, desperfectos, puertas desquiciadas, desconchones, desprendimientos, ... lo que condujo al cierre de nuestras instalaciones en 2019 por motivos de seguridad con el consiguiente traslado de alumnado, profesorado y equipamiento al CEIP El Tarajal, a dos kilometros de nuestro colegio, incialmente por un año.
La matrícula comenzó a disminuir cuando pasó el añó prometido y no se veía el inicio de las obras: el gerente de la Agencia Pública de Educación preveía el regreso para 2024, la entonces delegada de la Consejería de Educación y el actual delegado prometían fechas para la licitación de las obras que no se producían, la Consejera nos visitó con bonitas infografías de cómo iba a ser el nuevo colegio al que volveríamos para el curso 2025/2026. La realidad es que se ha desvalijado el Colegio Intelhorce, durante estos 6 años, que lo ha convertido en un edificio en ruinas, con la tristeza de las familias y del personal del centro que recordaban los tiempos del huerto escolar, las fiestas colegiales, las convivencias, ...
Para contrarrestar el pesimismo, nos embarcamos en un proyecto ilusionante: constituirmos como Comunidad de Aprendizaje, con la participación e implicación de estudiantes, familias, docentes, prácticos universitarios y de la comunidad en general.
En junio de 2025 las Consejeras de Educación y la de Economía anuncian que el plazo para la licitación concluye el 23 de junio y que las obras se iniciarán en septiembre u octubre, con una duración de 15 meses. Pero la realidad es que muchos alumnas y alumnos no han podido concluir sus estudios en un edificio digno; también el profesorado, dedicado en cuerpo y alma durante años, se ha jubilado o cambiado de centro ante el abandono de nuestra Escuela Pública.